Oración milagrosa Padre Pio.
En el nombre del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo.
Señor como decía tu siervo el Padre Pio.
No me preocupare por obtener los resultados de punto y coma de inmediato.
Solo orare y nada más, No me preocupare y confiare.
Pues sé que eres misericordioso y escucharas esta oración irresistible.
Basada en tus tres promesas y siempre me darás mucho más de lo que merezco.
Sagrado corazón de Jesús en ti confió y espero.
Dulce corazón de maría se la salvación del alma mía.
Primera Promesa:
Oh, Jesús que dijiste pidan y se les dará, busquen y encontraran, llamen y se les abrirá
Porque todo el que pide recibe, el que busca encuentra, y al que llama se le abrirá.
Toco , busco, y pido ( hacer petición desde el agradecimiento)
Orar el padre Nuestro
Orar ave María
Orar gloria
Sagrado corazón de Jesús en ti confió y espero.
Dulce corazón de maría se la salvación del alma mía.
Segunda promesa:
Oh, Jesús que dijiste todo lo que pidan en mi nombre, lo hare para que el padre sea glorificado en el hijo.
He aquí que, confiado en tu palabra divina, agradezco al eterno padre en tu sagrado nombre, la gracia de( hacer petición desde el agradecimiento)
Orar el padre Nuestro
Orar ave María
Orar gloria
Sagrado corazón de Jesús en ti confió y espero.
Dulce corazón de maría se la salvación del alma mía.
Tercera promesa:
Oh, Jesús que dijiste cielo y tierra pasaran, pero mis palabras no pasaran.
He aquí que confiado en la infalibilidad de tu palabra divina te agradezco la gracia de: (hacer tu petición desde el agradecimiento )
Orar el padre Nuestro
Orar ave María
Orar gloria
Sagrado corazón de Jesús en ti confió y espero.
Dulce corazón de maría se la salvación del alma mía.
Oración final Oh Sagrado Corazón de Jesús a quien es imposible no tener compasión por tus hijos ten piedad de nosotros, y concédenos la gracia que te pedimos, por la intercesión del Inmaculado corazón de María, nuestra tierna Madre.
San José padre adoptivo de Jesús ruega por nosotros.
En armonía perfeta con todo el universo, para nuestro mayor bien, sin tropiezo alguno.
Gracias porque siempre me escuchas.
Fraternalmente
Maestro
Héctor Jesús de la Rosa Olivar